COP16: “Por primera vez un convenio ambiental de la ONU reconoce formalmente los conocimientos tradicionales indígenas”
CIVICUS conversa acerca de la reciente Cumbre de Biodiversidad de las Naciones Unidas (ONU), COP16, con Viviana Figueroa, Coordinadora Técnica Global del Foro Internacional Indígena sobre Biodiversidad (FIIB).
El FIIB es un grupo de representantes de gobiernos indígenas, organizaciones de la sociedad civil indígenas y académicos y activistas indígenas que se organizan en torno al Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB) y otras importantes reuniones internacionales sobre medio ambiente. Coordina estrategias, facilita y apoya la participación plena y efectiva de pueblos indígenas y comunidades locales y busca asegurar que sus derechos y su contribución a la preservación de la naturaleza sean reconocidos y respetados durante las negociaciones y la toma de decisiones, así como en su posterior implementación.
La COP16, celebrada en noviembre de 2024 en Cali, Colombia, concluyó sin consenso en cuestiones clave como el financiamiento, el monitoreo y la eliminación de susidios a industrias perjudiciales. Fue particularmente preocupante la presencia de 1.261 representantes empresariales de industrias tales como las de los pesticidas, el petróleo y la biotecnología. Aunque se lograron algunos avances, como la creación de un fondo global basado en la información genética y una mayor inclusión de los pueblos indígenas, la cumbre no dio lugar a ningún acuerdo en materia de financiamiento para la implementación del Marco Mundial de la Diversidad Biológica.
¿Cuáles eran sus expectativas para la COP16 y en qué medida se cumplieron?
Nuestras expectativas se centraron en varios puntos clave: el establecimiento de un órgano subsidiario sobre conocimientos tradicionales, la adopción de un nuevo programa de trabajo sobre la aplicación del artículo 8(j) del CDB sobre conocimientos tradicionales para los próximos diez años, el reconocimiento del papel del conocimiento tradicional en la información digital sobre recursos genéticos y el acceso directo a fondos para los pueblos indígenas. Podemos afirmar con satisfacción que se produjeron avances significativos en varios de estos aspectos.
El principal hito de la COP16 fue la creación de un órgano subsidiario permanente dedicado al conocimiento tradicional, que es el saber acumulado por los pueblos indígenas y comunidades locales a lo largo de milenios, crucial para la conservación y el uso sostenible de la biodiversidad.
Este órgano reemplaza al Grupo de Trabajo sobre el Artículo 8j, en el que se venían trabajando los temas desde hace dos décadas, pero que era de carácter temporario. A partir de ahora habrá un órgano permanente formalmente reconocido como parte del CDB. Esto es un verdadero hito. El nuevo órgano tiene el mismo nivel que el Órgano Subsidiario de Asesoramiento Científico, Técnico y Tecnológico.
Esto representa un gran avance en materia de valorización del conocimiento indígena. Es la primera vez que un convenio ambiental de la ONU tiene un órgano permanente dedicado a conocimientos tradicionales. Es un reconocimiento del rol clave que desempeñan los pueblos indígenas en la conservación de la biodiversidad. El nuevo órgano será un espacio clave para fortalecer las negociaciones internacionales y desarrollar el derecho internacional en temas de conocimientos tradicionales.
Asimismo, el nuevo programa de trabajo acordado proporciona una guía clara para que los Estados que forman parte del CDB respeten, mantengan y preserven los conocimientos tradicionales, alineada al Marco Mundial Kunming-Montreal de la Diversidad Biológica. No obstante, su éxito dependerá de los esfuerzos de los Estados parte para traducirlo en acciones concretas a nivel nacional. Históricamente, esta ha sido una de las áreas más difíciles de avanzar.
La principal asignatura pendiente es el acceso directo a fondos para los pueblos indígenas. Este tema no se abordó en las decisiones finales sobre la movilización de recursos financieros, y esperamos que se trate en futuras reuniones.
¿Qué oportunidades de participación tuvieron las comunidades indígenas?
Aunque tuvieron oportunidades significativas para participar, también se toparon con barreras importantes. Una de las principales fue el idioma: si bien las sesiones plenarias se llevan a cabo en los seis idiomas de la ONU, las negociaciones se realizan principalmente en inglés. Aunque forma parte de las normas generales de la ONU, esto afecta especialmente a las personas que no dominan el inglés, incluidos muchos representantes indígenas.
A pesar de ello, logramos influir en los resultados gracias a la organización y colaboración de otros miembros del FIIB. Nuestra participación se alineó con los principios del artículo 8(j), que establece que los Estados parte deben respetar, preservar y mantener los conocimientos, innovaciones y prácticas de las comunidades indígenas y locales, promover la aplicación más amplia de estas prácticas y fomentar la distribución equitativa de los beneficios que se deriven de ellas.
Este artículo ha sido fundamental para el reconocimiento internacional de los conocimientos tradicionales. Nuestro trabajo en este tema garantizó que nuestras prioridades formaran parte del debate.
¿Cuáles son las demandas de los pueblos indígenas para la COP17?
En los próximos dos años, el FIIB trabajará para definir sus principales demandas para la COP17, que se realizará en Armenia en 2026. Entre ellas están el fortalecimiento de las normativas relacionadas con la contribución de las tierras y territorios indígenas a la conservación de la biodiversidad y la garantía de mecanismos efectivos de acceso directo a fondos.
Para que los derechos y conocimientos de los pueblos indígenas sean plenamente respetados y protegidos, es fundamental que se establezcan mecanismos claros de implementación y monitoreo en los acuerdos. También esperamos que el nuevo órgano subsidiario permanente desempeñe un rol central en la construcción de normativas que reflejen nuestras demandas y necesidades.